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21/Nov/2024

Artículo del Profesor George Vithoulkas ingeniero y homeópata, quien fue galardonado con el  Premio Nobel Alternativo en 1996.

Este breve tratado aborda una cuestión filosófica sobre el lugar de la homeopatía en nuestro mundo moderno. La pregunta que se plantea es si un sistema terapéutico tan pacífico, suave y no violento como la homeopatía puede sobrevivir y crecer dentro de una sociedad que a menudo muestra las características opuestas.

Gran parte de la sociedad contemporánea está más interesada en curas rápidas e impactantes, aunque éstas también puedan tener efectos secundarios; mientras que la homeopatía puede ofrecer soluciones con un enfoque personalizado que requiere largas horas de estudio de casos por parte del homeópata para encontrar el remedio personal correcto que tiene por objeto obtener resultados positivos, que la terapia puede producir en enfermedades crónicas profundas.

La conclusión a la que se llega es que la homeopatía no encaja fácilmente en una sociedad moderna y violenta que prefiere soluciones rápidas e invasivas a sus problemas clínicos.

 

Palabras clave

Homeopatía - sociedad - violencia - agresión - tratamiento personalizado

El título de este artículo es una pregunta legítima que ha estado torturando mi mente durante casi tres décadas y me ha estado preocupando cada vez más recientemente. Su respuesta es crucial para mí y para mis estudiantes, que han estado aplicando este enfoque terapéutico. A pesar de que el potencial terapéutico de la homeopatía ha sido evidente para millones de pacientes y para muchos miles de médicos homeópatas, y a pesar de numerosos casos crónicos incurables publicados en revistas médicas,[1] [2] [3] [4] [5] [6] [7] [8] [9] [10] [11] [12] [13] [14] [15] todavía tenemos un largo camino por recorrer antes de que la homeopatía se convierta en una especialidad médica reconocida. No está claro si la homeopatía podrá ocupar el lugar que le corresponde en el campo de la medicina general.

 

Es una extraña paradoja que, a pesar de la evidencia de que la homeopatía clásica puede tratar con éxito las condiciones crónicas que se consideran incurables con la medicina convencional, la homeopatía sigue siendo un tema intocable para la mayoría de las autoridades médicas. Si en la medicina convencional se encontrara una cura para una condición crónica previamente incurable, tal descubrimiento aparecería en los titulares de las noticias mundiales; pero los informes de las correspondientes curas homeopáticas se encuentran con un silencio total! He intentado pensar en lo que ha sucedido con la homeopatía y por qué sus sorprendentes efectos no son apreciados tanto como se merecen.

 

La homeopatía es un sistema terapéutico que tiene como objetivo restablecer el equilibrio mental, emocional y físico del cuerpo. Es un sistema terapéutico muy «pacífico», que ha existido durante dos siglos con un impresionante historial de curas, y sin embargo ha permanecido en un segundo plano todo ese tiempo. Para tratar de dar una explicación de la paradoja, empezaré con un ejemplo de la práctica clínica diaria.

 

Un paciente estresado, deprimido, inseguro, irritado y problemático, que está bajo la presión de las dificultades diarias y que sufre también de una multitud de molestias y dolores físicos, busca la ayuda de la homeopatía. El homeópata investigará las condiciones que provocaron tal desequilibrio y, a veces después de horas de meticulosa investigación y estudio del caso, tratará de encontrar la sustancia correcta -un remedio personal- para que esta persona se «reponga»[16] y pueda volver a un estado saludable. Una vez que se ha tomado este remedio personal, la salud del paciente se restablece, con un equilibrio general y una sensación de bienestar.

 

 

La preocupación es cuánto tiempo puede durar este equilibrio físico, emocional y mental [17] en un paciente sensible cuando vive en un mundo tan abiertamente influenciado por la violencia y la agresión. ¿Cuánto tiempo puede el sistema inmunológico, la defensa interna del organismo, mantenerse en equilibrio en medio de una atmósfera contaminada, con alimentos llenos de productos químicos, y encima viviendo en una vorágine de la despiadada competencia y la agresión tan frecuentes en la sociedad? La experiencia ha demostrado que el equilibrio restaurado no se mantendrá por mucho tiempo: bajo tales tensiones el paciente sensible comenzará a sentirse mal una vez más. El problema es que una vez que un organismo vuelve a un estado de equilibrio, es mucho más vulnerable al estrés que un organismo ya comprometido.

 

En muchos casos, el paciente no volverá a la homeopatía, pensando que la cura debería haber durado para siempre. El hecho es que los pacientes que viven en la sociedad moderna tienen que enfrentar muchos obstáculos para su salud. La sociedad moderna que hemos creado incita a la gente a una agresión cada vez mayor. La acumulación de posesiones materiales por encima de todo, a veces tomando la forma de un comportamiento inhumano, es una práctica normal. La meritocracia ha desaparecido hace tiempo de la conciencia colectiva, mientras que la toma del poder por cualquier medio es la norma aceptada. Todas estas condiciones crean barreras para la salud de las personas a través de la ansiedad, fobias y depresión.

 

Quienes buscan y promueven el avance espiritual para sí mismos y para la sociedad, rehusando comprometer su propia conciencia y ética moral, son considerados hoy en día como una minoría escasa y débil. Sólo unos pocos de esos individuos se encuentran entre diferentes grupos de civiles -por ejemplo, entre científicos, artistas, médicos homeópatas, trabajadores sociales, religiosos o buscadores espirituales- pero todas esas personas están marginadas debido a su temperamento pacífico o los que siguen luchando estarán agotados, ya que la mayoría de la sociedad está tan imbuida de violencia y corrupción que anula casi automáticamente cualquier esfuerzo de cambio por parte de pequeños grupos que buscan la paz y la justicia. Sin embargo, son esos grupos los que merecen y aprecian la atención proporcionada por esta terapia pacífica. Esas personas, a pesar de ser pilares de la sociedad, se sienten impotentes para imponer un sistema de terapia que les ha servido tan bien y tan eficientemente.

 

La violencia, en todas sus formas -entre Estados, entre naciones, entre grupos terroristas, por cualquiera que posea algún poder sobre los grupos más vulnerables- prevalece en el mundo actual. Por lo tanto, es interesante que la medicina convencional, con su enfoque generalmente invasivo, encaja tan bien con la mentalidad de la sociedad actual y, por lo tanto, domina el sector sanitario contemporáneo. Para desarrollar la pregunta original de este artículo: en una sociedad así, ¿es posible que la homeopatía -un sistema terapéutico no violento que trata de restaurar la paz y el equilibrio interiores- pueda sobrevivir y crecer?

 

A menos que una persona, especialmente la más perspicaz, sea capaz de oponer una resistencia notable a las tendencias generales de corrupción y agresión, le resultará extremadamente difícil mantener su equilibrio emocional y mental. Vivir en entornos donde prevalecen la corrupción y el interés propio puede llevar a las personas sensibles, con el fin de sobrevivir, a comprometer su conciencia y su propia ética moral. Como resultado, tal comportamiento los hace profundamente enfermos al comienzo de sus esfuerzos. En esas condiciones es difícil para una persona frágil mantener su salud y permanecer bien durante mucho tiempo, incluso bajo los mejores cuidados homeopáticos.

Es bastante lógico concluir que la homeopatía no es un enfoque terapéutico adecuado para una sociedad moderna «desarrollada», que nunca se practicará ampliamente en nuestro mundo contemporáneo y que nunca será realmente adoptada por las escuelas de medicina, a excepción de unas pocas instituciones médicas de vanguardia que tienen un liderazgo visionario. Por eso siempre he mantenido que la medicina convencional en el mundo desarrollado no debe temer que la homeopatía invada su espacio.

La homeopatía se ha ganado, y seguirá ganándose, la aprobación de sólo aquellos pocos practicantes con altos ideales que todavía creen en una sociedad libre y justa -una sociedad ideal- que puede surgir después de mucho tiempo y mucho sufrimiento. No se dará cabida a una forma suave de práctica médica para que prospere en el mundo de mañana, a menos que y hasta que los días de constante asalto a los valores morales queden confinados al pasado. Pero, siendo realistas, ¿eso sucederá?

Mi sensación es que, incluso si mañana surgiera un profeta con cualidades y poder extraordinarios, que incitara a las masas a ayudar a eliminar la violencia y la corrupción y a lograr la paz y la justicia en la Tierra, ¿cuál sería el escenario más probable? ¡Nuestra sociedad moderna mataría al profeta!

 

References

 

https://www.thieme-connect.com/products/ejournals/abstract/10.1055/s-0040-1710020?fbclid=IwAR3v76QAUwHL2d5J7W6P7IuoJmUtim9Hpy-9q7RqhvteIUMOpjq8bTxFOLI

 

 

 


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21/Nov/2024

Nunca como ahora ha sido tan importante dejar de consumir comida procesada

La alimentación sana con mucha fruta y verdura y grasas saludables, así como el ejercicio físico y la reducción de la ansiedad, son clave para hacer frente a los problemas intestinales provocados por el confinamiento.

Una de las primeras consecuencias de estar encerrados en casa es que nos movemos poco, mucho menos de lo habitual. Y esta falta de ejercicio físico afecta mucho en el aspecto digestivo, ya que afecta la movilidad intestinal. Hay muchas personas que estos días tienen estreñimiento, mientras que otros, por el contrario, tienen diarrea. Son unos trastornos que están muy vinculados a la falta de ejercicio y una salud emocional bastante afectada. Durante el primer período de confinamiento ha habido mucha ansiedad e incertidumbre y ahora parece que la cosa ha virado un poco hacia la resignación. De todo ello se ha resentido la salud emocional, lo que altera el tránsito intestinal.

En caso de estreñimiento hay que entender que esta respuesta del cuerpo viene dada por la falta de movimiento. Cuando el cuerpo se mueve, los músculos abdominales estimulan los intestinos para ayudarnos a evacuar. Por lo tanto, aunque estemos confinados, hay que hacer ejercicio, lo que a cada persona le vaya bien, aunque sea bailar. Una buena opción para casa son, por ejemplo, las torsiones y posturas invertidas del yoga.

Hay que consumir alimentos ricos en fibra, como frutas y verduras. Las legumbres son muy interesantes porque, además de aportar proteínas, tienen un alto contenido en fibra, así como los frutos secos. Asimismo, conviene priorizar el consumo de grasas saludables como los que podemos encontrar en el aceite de oliva virgen extra, el pescado azul y los aguacates. Las grasas saludables activan la vesícula biliar y esto estimula el tránsito intestinal. Además, conviene hidratar bien el cuerpo, eso sí, evitando las bebidas alcohólicas.

Y si el problema es la diarrea lo que aconsejo es que, en lugar de hacer tres comidas al día, se hagan más, y menos abundantes, repartidas a lo largo del día para que el sistema digestivo lo reciba y gestione para que no provoque diarrea. Debemos escoger alimentos adecuados, por ejemplo verduras como la zanahoria cocida, la patata, frutas como el plátano y la manzana. La manzana siempre debe ser rallada y dejar que oxide un poco para que libere más taninos que nos ayudan a controlar la diarrea. También es indicado el caldo vegetal y el té bastante infusionado, también rico en taninos.

 

La situación que vivimos puede hacer que despierte en bastantes personas el colon irritable muy relacionado con el estado anímico, con la situación emocional, pero hay un protocolo bastante concreto que calma la sintomatología. Se trata de hacer una dieta baja en Fodmap, que es la sigla en inglés de unos carbohidratos de cadena corta que fermentan mucho en el intestino. Así, cuando se tiene colon irritable, es necesario evitar frutas como la manzana y la pera, que son ricas en Fodmap. Deben evitarse a su vez los espárragos, alcachofas, garbanzos, tomar leche … Y aumentar los alimentos bajos en Fodmap, como berenjena, brócoli, almendras, calabacín, cítricos, frutas del bosque …

Con todo podemos llegar a la conclusión de que el coronavirus, aparte de los graves daños que puede provocar al sistema pulmonar, también impacta indirectamente en el aparato digestivo. Es frecuente que  ante  situaciones traumáticas  haya  malestares estomacales y digestivos. Algunos de estos problemas intestinales están muy vinculados a las preocupaciones, a las emociones y, en definitiva, a nuestro cerebro.
Hay un vínculo entre el cerebro y el intestino, que por eso se dice que es el segundo cerebro. Hay una comunicación constante y bidireccional entre el uno y el otro. Se afectan mutuamente. Al final es como un pez que se muerde la cola. Cuando sentimos angustia generamos más gases, vamos peor al baño y todo ello hace que nos angustiamos un poco más. Esta dinámica es muy difícil de cortar y sólo se puede hacer con una alimentación más sana, con ejercicio y rebajando el nivel de ansiedad intentando desconectar un poco de las malas noticias.
De todo ello, podemos sacar algo positivo, de esta crisis sanitaria. Con el confinamiento tenemos más tiempo para estar en la cocina y probar o renovar recetas, y es un buen momento para apostar por la alimentación sana. Nunca como ahora ha sido tan importante dejar de consumir productos procesados. Son unos enemigos para la salud que generan adicción, nos roban vitaminas y minerales, no aportan nada de fibra y provocan inflamación. Optemos por la comida real y saludable, reforzemos nuestro sistema inmunitario, hagamos ejercicio físico y salgamos un poco el balcón o asomémonos a la ventana para que nos dé el sol y ayude al cuerpo a generar vitamina D.

 

Entrevista a Pilar Rodrigáñez, autora del libro «Pierde peso y gana salud» publicada el 04/04/2020, en catalán, en el periódico http://www.elpuntavui.cat/

 


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21/Nov/2024

Los mayores que toman más de dos porciones estándar de champiñones a la semana reducen su riesgo de sufrir deterioro cognitivo leve (MCI por sus siglas en inglés) hasta la mitad. Así lo asegura un equipo formado por investigadores del Departamento de Medicina Fisológica y del Departamento de Bioquímica de la Yong Loo Lin School of Medicine de la Universidad Nacional de Singapur.

¿A qué se refieren con una porción estándar? A tres cuartos de una taza de champiñones cocinados, o para el caso, a unos 150 gramos. Las dos porciones equivaldrían a la mitad de un plato o una guarnición de primer plato. Pero incluso una porción semanal menor ya demostraría eficacia a la hora de conservar la capacidad cognitiva en la tercera edad, señalan

«Esta correlación sorprende y anima», asegura el profesor asociado Lei Feng, investigador principal de este trabajo. «Parece ser que un ingrediente accesible tiene un efecto dramático a la hora de frenar el declive cognitivo». El estudio se desarrolló entre 2011 y 2017 contando con más de 600 pacientes chinos mayores de 60 años. Los resultados se han publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease.

El MCI se define como el paso intermedio entre el declive natural ligado a la edad y el deterioro más severo que conduce a la demencia senil. Se manifiesta en forma de pérdida de memoria o dificultad para formar recuerdos, así como en déficit de las capacidades linguísticas, visuoespaciales y para mantener la atención. Pueden ser síntomas sutiles, mucho menos serios que los ligados por ejemplo al alzhéimer.

«La gente que sufre MCI sigue con su vida corriente. Lo que teníamos que determinar era si estos mayores tenían resultados peores en los tests neuropsicológicos que gente de su misma edad y formación», explica Leng. «Estas pruebas están diseñadas específicamente para medir los distintos aspectos de la capacidad cognitiva de una persona». Algunos son adaptaciones, indica, de la prueba de Cociente Intelectual más usada, la Escala Wechsler de Inteligencia para Adultos.

Parte de la prueba incluye entrevistas en profundidad con los sujetos del estudio, en las que se recogen información demográfica, historial médico, factores psicológicos y hábitos dietarios. Igualmente, se tomaron medidas de tensión arterial, peso, altura, fuerza de agarre y velocidad al paso. Finalmente, pasaron por una prueba para medir niveles de cognición, depresión y ansiedad. Al final de todo esto, tuvo lugar el test neuropsicológico que se alargó dos horas y arrojó una puntuación de demencia.

Los champiñones mencionados por los participantes eran de la variedad de consumo habitual tanto secos como envasados, así como algunas especialidades culinarias: setas shiitake, setas de ostra o seta dorada. Los investigadores señalan que casi todas las variedades contienen un compuesto, la ergotioneina, que puede estar detrás de sus beneficios para el cerebro.

«Se trata de un antioxidante único y antiinflamatorio que los humanos no pueden sintetizar por sí solos, pero que puede obtenerse por vía dietaria y del cual los champiñones son la principal fuente», explica el Dr. Irwin Cheah, bioquímico jefe. Un estudio previo ya había comprobado que la ergotioneina se encontraba en niveles menores en los pacientes diagnosticados de MCI, y se vinculó la deficiencia de este aminoácido con un factor de riesgo neurodegenerativo.

Otros compuestos de este alimento pueden ser ventajosos a la hora de conservar las capacidades mentales, indican: hericenonas y erinacinas, por ejemplo, pueden estimular la síntesis de factores para la regeneración de nervios. Y componentes bioactivos del champiñón pueden proteger el cerebro de la neurodegeneración al inhibir la producción de sustancias nocivas, como la beta-amiloide.

El siguiente paso para el equipo de Feng consiste en probar una síntesis de ergotioneina y de otros ingredientes de origen vegetal, como las catequinas de la hoja del té verde, como tratamiento contra el deterioro cognitivo para evaluar el potencial terapéutico de estos fitonutrientes. Además, las entrevistas con los ancianos saludables pueden arrojar nuevos indicios sobre hábitos nutricionales beneficiosos adicionales.

Fuente: https://www.elespanol.com/ciencia/nutricion/20190317/champinones-comida-cuidan-cerebro-evitan-demencia-senil/383212332_0.html?fbclid=IwAR1GPtvlDXABG5-L-XUsMKNzpmOe8l7yGsMm0GRBicAyQXYuuCtnyHYgz90

 


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21/Nov/2024

 

Las mujeres prestan más atención a su salud durante el embarazo y la lactancia. En este periodo la homeopatía es excelente porque es muy eficaz y además no tiene efectos secundarios.

En el embarazo se pueden tratar las náuseas, el ardor de estómago, trastornos del sueño, dolor de espalda son las quejas más frecuentes. Y como es una terapia holística, también se mejoran las alteraciones del humor y de ánimo.

En la preparación del alumbramiento el trabajo de parto, se acorta y también disminuye la intesidad del dolor. Mejora la recuperación en el puerperio tanto física como emocionalmente. Ayuda a evitar la depresión posparto.

En la lactancia: desde la subida de la leche a las grietas del pezón, mastitis, dolor al mamar…

 

Aurora Julià (Homeópata – Abadiño)

 


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21/Nov/2024

Una compañía alemana de seguros de salud, tras 4 años de investigación, concluyó, después de observar los datos sobre 5292 pacientes tratados con acupuntura y otros 933 con homeopatía, que:
 
1. Hay evidencia de un beneficio subjetivo para los pacientes que reciben tratamiento con acupuntura y homeopatía.
2. Esto puede explicar el aumento de la demanda de estos tratamientos, especialmente cuando los pacientes tienen enfermedades crónicas y se sienten insatisfechos con el tratamiento convencional.
 
3. Que tras el tratamiento se dio un menor absentismo laboral.
 
En Alemania, las compañías de seguros de salud pueden pagar terapias no convencionales como la acupuntura y la homeopatía dentro de los llamados ‘proyectos modelo’.
 
Los síntomas y quejas tratados con mayor frecuencia con homeopatía se referían al sistema respiratorio (16%) y los problemas la piel –enfermedades de la piel y del tejido subcutáneo-, principalmente dermatitis (19%). Con menos frecuencia, se trataron dolor de espalda (7%) y dolor de cabeza (10%). De los pacientes tratados con homeopatía, el 65% afirmó haber recibido tratamiento convencional y el 29% había visitado a más de 4 médicos con anterioridad.
 
Según el diagnóstico médico, el 70% de las afecciones fueron clasificadas como crónicas (que duran más de 6 meses) y el 30% como graves.
 
Durante el tiempo de seguimiento, el 39% de los pacientes con homeopatía se sintieron mucho mejor y el 38% se sintió mejor, (es decir un 77 % de los pacientes mejoró) el 17% pensó que los síntomas no habían cambiado y el 2% informó un deterioro de los síntomas.
 
En promedio, fueron necesarias 10 sesiones de acupuntura o 3 sesiones de homeopatía para lograr los efectos estables durante cuatro años que duro el estudio.
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Fuente:
https://bmcpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/1471-2458-4-6

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