La alimentación e hiperactividad infantil: lo que se sabe
La hiperactividad en la infancia es una preocupación creciente para muchas familias. Tal vez hayas escuchado que ciertos alimentos “provocan” hiperactividad, pero ¿qué hay de cierto en esto?
La respuesta no es sencilla: la alimentación sí puede influir en el comportamiento, especialmente en algunas criaturas más sensibles. El TDAH y los comportamientos hiperactivos tienen múltiples causas: genéticas, neurológicas y ambientales. Sin embargo, la dieta puede agravar o aliviar los síntomas en algunas personas.
Por eso, no se trata de culpar a los alimentos ni de eliminar todos los productos procesados de la despensa de golpe. La clave está en observar cómo reacciona tu hijo o hija y tomar decisiones conscientes.
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Azúcar: energía rápida que puede desbordar
Los azúcares refinados, presentes en refrescos, golosinas, galletas y postres industriales, generan picos rápidos de glucosa en la sangre. Esto puede dar un aumento de energía que luego cae bruscamente, provocando irritabilidad, ansiedad y, en algunos casos, comportamiento inquieto y alteraciones del estado de ánimo.
No todos las reacciones son iguales, pero muchos progenitores notan que reducir los dulces ayuda a mejorar la concentración y el ánimo. La OMS recomienda un máximo de 30 gramos diarios de azúcar en la infancia. Siendo ya mucho, en la actualidad, muchos niños y niñas superan esta ingesta y así se generan otros problemas de salud como sobrepeso, obesidad, diabetes, dolencias cardiovasculares, alteraciones del sistema inmune y caries.
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Colorantes artificiales: más que color en los alimentos
Los colorantes como el amarillo 5 o tartrazina (en snacks, patatas fritas, gelatinas, caramelos, refrescos, pastas, fideos, sopas instantáneas y también en medicamentos), rojo 40 (en dulces, aperitivos, cereales, salsas, bebidas, snacks… y en medicamentos infantiles) o azul 1 (en bebidas, gaseosas, golosinas, chicles, helados, pastelería, queso azul, yogures y en algunas salsas… también en tatuajes) . Todos se encuentran en muchos productos que, visualmente, llaman la atención. Estudios como el de Southampton (Reino Unido, 2007) muestran que ciertos niños y niñas son sensibles a estos aditivos, con un aumento de la hiperactividad cuando los consumen.
No significa que siempre reaccionen, pero para quienes son sensibles, leer etiquetas y elegir alimentos sin colorantes artificiales puede marcar una gran diferencia.
E102, Amarillo 5 o tartrazina: reacciones alérgicas, migrañas, erupciones cutáneas, dermatitis, asma… y hasta efectos mutagénicos (cancerígenos, alteraciones del ADN…)
E129 o Rojo 40: altera la composición de la microbiota, pudiendo causar inflamación y alteración del estado de ánimo, reacciones alérgicas -asma, eccema- y es posible carcinógeno -cáncer de vejiga en ratones.
E133, Azul 1 o Azul Brillante: puede liberar histamina en grandes dosis o, en personas sensibles producir urticaria e insomnio. En ratones se ha comprobado que produce tumores renales.
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Conservantes: atención a lo invisible
Los conservantes como los benzoatos (E210, E211 , E212, E 213, E215, E216, E217, E218 y E219) y nitratos (E250, E251 y E252) se usan para prolongar la vida útil de embutidos, snacks, comidas preparadas, refrescos, aceitunas, latas de marisco, frutas en almíbar... Investigaciones indican que pueden interferir con neurotransmisores en el cerebro infantil, contribuyendo a la impulsividad y a la dificultad para concentrarse. También pueden ocasionar reacciones alérgicas, alteraciones neurológicas, daños hepáticos…
Al reducir estos productos y optar por alimentos frescos, pueden observarse cambios positivos en el comportamiento.
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Cafeína y bebidas energéticas
Algunos menores consumen cafeína mediante refrescos, chocolate o incluso té. La cafeína es un estimulante que puede aumentar la inquietud, la ansiedad y la dificultad para concentrarse. Esta sustancia está también presente en las bebidas energéticas. Limitar su consumo en niños, niñas y adolescentes sensibles es una medida sencilla y efectiva.
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Grasas trans y ultraprocesados
Los alimentos ultraprocesados, ricos en grasas trans y aceites refinados, no solo afectan la salud física, sino también el comportamiento y el desarrollo neurológico. Galletas industriales, bollería y snacks pueden influir en la capacidad de regular emociones y en la atención.
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Sensibilidades individuales: lácteos, gluten y edulcorantes
Algunos menores tienen intolerancias o sensibilidades que agravan los síntomas de hiperactividad. Los productos lácteos, el gluten o los edulcorantes artificiales como el aspartamo (en chicles, golosinas…) pueden generarles nerviosismo, irritabilidad o dificultades de concentración.
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Qué alimentos favorecen la calma y la concentración
En cambio, ciertos alimentos y nutrientes parecen favorecer la atención y regular la conducta:
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Ácidos grasos omega-3 (pescado azul -preferible de pequeño tamaño-, semillas de chía, nueces)
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Proteínas de calidad (huevos, pescado, carne de pasto, legumbres)
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Frutas y verduras frescas
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Cereales integrales
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Minerales y vitaminas (magnesio, zinc, hierro y vitaminas del grupo B)
Estas elecciones ayudan a estabilizar la energía, mejorar el ánimo y favorecer la concentración.
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Consejos prácticos
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Observa cómo reacciona tu hija/o a ciertos alimentos y aditivos.
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Reduce gradualmente los productos ultraprocesados y ricos en colorantes o conservantes.
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Sustituye azúcares refinados por frutas frescas y snacks naturales.
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Introduce alimentos ricos en omega-3 y proteínas de calidad.
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Mantén horarios de comida regulares para estabilizar la glucemia.
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Alimentos que favorecen la calma y la concentración
En cambio, ciertos alimentos y nutrientes parecen favorecer la atención y regular la conducta:
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Ácidos grasos omega-3 (pescado azul, semillas de chía, nueces)
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Proteínas de calidad (huevos, pescado, legumbres)
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Frutas y verduras frescas
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Cereales integrales
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Minerales y vitaminas (magnesio, zinc, hierro y vitaminas del grupo B)
Estas elecciones ayudan a estabilizar la energía, mejorar el ánimo y favorecer la concentración.
Proporcionar una alimentación saludable ayuda a criar niñas y niños más atentos y con mayor capacidad de gestión emocional. Puedo ofrecerte pautas alimentarias, directrices para aumentar su inmunidad y mejorar su potencial, todo ello basado en los principios de la salud integrativa. Lo mismo a ti, padre o madre que te interesas por estos temas. Sabemos la importancia que tiene para todos sus integrantes cultivar un entorno familiar sano.
Descubre qué pueden hacer la homeopatía y las terapias holísticas por ti con la guía de una experta:











Fuentes
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Nigg JT, et al. Meta-analysis of artificial food colors and attention-deficit/hyperactivity disorder. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 2012;51(1):86–97.
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McCann D, et al. Food additives and hyperactive behaviour in 3-year-old and 8/9-year-old children in the community: a randomised, double-blinded, placebo-controlled trial. Lancet. 2007;370:1560–1567.
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EFSA Panel on Food Additives and Flavourings. Scientific Opinion on the re-evaluation of certain food colours. EFSA Journal. 2021;19(5):6567.
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OEHHA, California Office of Environmental Health Hazard Assessment. Health effects assessment for artificial food colors. 2021.
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Wolraich ML, et al. Effects of diets high in sugar and artificial food colors on children’s behavior. Pediatrics. 2010;126:921–929.
- Efectos sobre la reparación del ADN en linfocitos humanos expuestos al colorante alimentario amarillo de tartrazina – PubMed
- El colorante alimentario sintético, Red 40, causa daño en el ADN, causa inflamación del colon e impacta el microbioma en ratones – PMC
- Cómo se obtienen los aditivos, dónde se encuentran y qué pueden causar en tu salud https://www.aditivos-alimentarios.com/