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24/Nov/2024

 

No es ciencia ficción y aunque puede poner los pelos de punta, lo cierto es que es real y cada vez hay más pruebas de ello. La flora intestinal, la legión de microorganismos que habita nuestro intestino desde que llegamos al mundo hasta que lo abandonamos, también marca nuestro carácter y nuestro temperamento. En la actualidad,  sabemos que la microbiota intestinal es la encargada de cooperar con nuestro mecanismo de defensa a las enfermedades, de digerir componentes de la dieta e incluso del desarrollo neurológico. Además puede modularse a través de la dieta y el estilo de vida. La pérdida de equilibrio en la microbiota intestinal puede dar lugar a enfermedades como la obesidad, la inflamación intestinal y algunos trastornos neurológicos.

En la investigación realizada en la Universidad de Turku (Finlandia) publicada recientemente concluye que el temperamento del bebé se asocia a especies concretas de la flora intestinal. En el estudio han encontrado asociaciones entre determinadas composiciones del microbioma intestinal en bebés a las 10 semanas de edad, con el desarrollo de ciertos rasgos del carácter cuando el bebé ha cumplido seis meses. Los resultados se suman a un creciente conjunto de pruebas que relacionan las bacterias que habitan en el intestino, con el comportamiento y estado de ánimo de las personas.

En un estudio anterior de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), la investigadora Lisa Christian en un comunicado de prensa explicaba que  «Hay evidencia sustancial de que las bacterias intestinales interactúan con las hormonas del estrés, las mismas hormonas para las que se ha encontrado relación con enfermedades crónicas como la obesidad y el asma», y continuaba «El temperamento de una criatura nos da una buena idea de cómo reacciona al estrés. Esta información, combinada con un análisis de su microbioma intestinal, podría en última instancia ayudarnos a identificar oportunidades para prevenir problemas de salud crónicos».

En el estudio finlandés liderado por Anna Aatsinki se analizaron muestras de heces procedentes de 330 bebés lactantes con 10 días, posteriormente se volvió a realizar el mismo análisis cuando cumplieron los seis meses. También se realizó un cuestionario a las madres para conocer el temperamento de los bebés. En general, se determinó que una flora bacteriana más plural se asociaba a menor temor y emotividad negativa, se asoció que diferentes tipos de bacterias del ácido láctico guardaban relación con las emociones positivas como la alegría y la felicidad, esto puede delatar que en un futuro un bebé tenga una personalidad extrovertida.  El estudio también consideró otros factores que afectan significativamente a la diversidad de la microbiota, como la vía de alumbramiento del bebé (vaginal o cesárea) y la lactancia materna.

Un elevado nivel de bacterias como la Bifidobacterium y el Streptococcus, con un nivel bajo de bacterias Atopobium, se asoció a las emociones positivas, las emociones negativas se asociaron a las bacterias del género Erwinia, Rothia y Serratia. La reactividad del miedo se relacionó con un mayor número de bacterias Peptinophilus y Atopobium en la composición de la flora intestinal. Aunque se trata de un estudio observacional, resulta muy revelador, ya que no se sugiere causalidad en los descubrimientos, estos resultados dan pie a realizar nuevos estudios para intentar esclarecer los mecanismos subyacentes que dan lugar a estas asociaciones.

 

 

http://pequelia.republica.com/bebes/el-temperamento-del-bebe-se-asocia-a-especies-concretas-de-la-flora-intestinal.html

https://www.agenciasinc.es/Agenda/La-microbiota-intestinal

https://www.tendencias21.net/El-caracter-de-los-ninos-de-dos-anos-esta-relacionado-con-sus-bacterias-intestinales_a40575.html


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