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16/Sep/2024

Los antiguos chinos utilizaban las semillas de cáñamo y el aceite extraído de ellas como alimento y medicina. Y hoy, aunque aún se emplean poco, se conoce bien su alto contenido nutricional, propio de un «superalimento «. Las semillas de cáñamo son las semillas de la planta Cannabis sativa, pero no contienen cannabioles ni tampoco el principal componente narcótico de esta planta, el THC.

Podemos encontrarlas como semillas de cáñamo con piel (cañamones), semillas peladas, en forma de aceite o las proteínas en polvo. Pero nos centraremos en las semillas peladas, que pueden añadirse a cualquier plato y consumirlas toda la familia.

Las semillas de cáñamo deben consumirse siempre peladas, ya que su cáscara es muy dura. Una vez peladas pueden consumirse directamente o añadirse a yogures, cereales de desayuno, emplearlas para elaborar barritas energéticas, etc.

Su combinación de proteínas, Hierro, Magnesio y vitamina E las convierten en un alimento muy valorado por los deportistas.

  1. Son ricas en proteínas vegetales, de fácil digestión y que, además, contienen todos los aminoácidos esenciales.
  2. Aportan ácidos grasos Omega 3 y 6, fundamentales para el organismo.
  3. En cuanto a minerales, destaca su contenido en Magnesio, un mineral imprescindible para la absorción del Calcio, además de ser un relajante muscular y contribuir a disminuir el cansancio y la fatiga.
  4. También contienen Hierro, por lo que resultan un buen alimento para vegetarianos y veganos.
  5. Contienen vitamina E, altamente antioxidante para proteger nuestra piel de los efectos nocivos de los radicales libres y del envejecimiento cutáneo prematuro.
  6. Por su alto contenido en fibra contribuyen a regular el tránsito intestinal.

 

Según un estudio de 2007 pueden prevenir una excesiva coagulación de la sangre y «proteger frente a derrames e infartos de miocardio provocados por coágulos». Sus componentes ayudan a reducir el colesterol y los triglicéridos, mejoran la elasticidad de los vasos sanguíneos e impiden que se acumule grasa en las paredes arteriales.

La American Chemical Society sostiene que sus altos niveles de ácido alfa-linolénico (omega-3) pueden ser beneficiosos en la «prevención de la enfermedad coronaria y el cáncer».

No existe un máximo recomendado de semillas, ya que carecen de contraindicaciones. Pueden comerlas personas con alergias a frutos secos o sensibilidad al gluten, la lactosa o el azúcar.

 

Fuentes:

https://www.elgranero.com/mejorar/6-propiedades-nutricionales-de-las-semillas-de-canamo/

https://www.cuerpomente.com/alimentacion/superalimentos/semillas-canamo_1296


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16/Sep/2024

Los mayores que toman más de dos porciones estándar de champiñones a la semana reducen su riesgo de sufrir deterioro cognitivo leve (MCI por sus siglas en inglés) hasta la mitad. Así lo asegura un equipo formado por investigadores del Departamento de Medicina Fisológica y del Departamento de Bioquímica de la Yong Loo Lin School of Medicine de la Universidad Nacional de Singapur.

¿A qué se refieren con una porción estándar? A tres cuartos de una taza de champiñones cocinados, o para el caso, a unos 150 gramos. Las dos porciones equivaldrían a la mitad de un plato o una guarnición de primer plato. Pero incluso una porción semanal menor ya demostraría eficacia a la hora de conservar la capacidad cognitiva en la tercera edad, señalan

«Esta correlación sorprende y anima», asegura el profesor asociado Lei Feng, investigador principal de este trabajo. «Parece ser que un ingrediente accesible tiene un efecto dramático a la hora de frenar el declive cognitivo». El estudio se desarrolló entre 2011 y 2017 contando con más de 600 pacientes chinos mayores de 60 años. Los resultados se han publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease.

El MCI se define como el paso intermedio entre el declive natural ligado a la edad y el deterioro más severo que conduce a la demencia senil. Se manifiesta en forma de pérdida de memoria o dificultad para formar recuerdos, así como en déficit de las capacidades linguísticas, visuoespaciales y para mantener la atención. Pueden ser síntomas sutiles, mucho menos serios que los ligados por ejemplo al alzhéimer.

«La gente que sufre MCI sigue con su vida corriente. Lo que teníamos que determinar era si estos mayores tenían resultados peores en los tests neuropsicológicos que gente de su misma edad y formación», explica Leng. «Estas pruebas están diseñadas específicamente para medir los distintos aspectos de la capacidad cognitiva de una persona». Algunos son adaptaciones, indica, de la prueba de Cociente Intelectual más usada, la Escala Wechsler de Inteligencia para Adultos.

Parte de la prueba incluye entrevistas en profundidad con los sujetos del estudio, en las que se recogen información demográfica, historial médico, factores psicológicos y hábitos dietarios. Igualmente, se tomaron medidas de tensión arterial, peso, altura, fuerza de agarre y velocidad al paso. Finalmente, pasaron por una prueba para medir niveles de cognición, depresión y ansiedad. Al final de todo esto, tuvo lugar el test neuropsicológico que se alargó dos horas y arrojó una puntuación de demencia.

Los champiñones mencionados por los participantes eran de la variedad de consumo habitual tanto secos como envasados, así como algunas especialidades culinarias: setas shiitake, setas de ostra o seta dorada. Los investigadores señalan que casi todas las variedades contienen un compuesto, la ergotioneina, que puede estar detrás de sus beneficios para el cerebro.

«Se trata de un antioxidante único y antiinflamatorio que los humanos no pueden sintetizar por sí solos, pero que puede obtenerse por vía dietaria y del cual los champiñones son la principal fuente», explica el Dr. Irwin Cheah, bioquímico jefe. Un estudio previo ya había comprobado que la ergotioneina se encontraba en niveles menores en los pacientes diagnosticados de MCI, y se vinculó la deficiencia de este aminoácido con un factor de riesgo neurodegenerativo.

Otros compuestos de este alimento pueden ser ventajosos a la hora de conservar las capacidades mentales, indican: hericenonas y erinacinas, por ejemplo, pueden estimular la síntesis de factores para la regeneración de nervios. Y componentes bioactivos del champiñón pueden proteger el cerebro de la neurodegeneración al inhibir la producción de sustancias nocivas, como la beta-amiloide.

El siguiente paso para el equipo de Feng consiste en probar una síntesis de ergotioneina y de otros ingredientes de origen vegetal, como las catequinas de la hoja del té verde, como tratamiento contra el deterioro cognitivo para evaluar el potencial terapéutico de estos fitonutrientes. Además, las entrevistas con los ancianos saludables pueden arrojar nuevos indicios sobre hábitos nutricionales beneficiosos adicionales.

Fuente: https://www.elespanol.com/ciencia/nutricion/20190317/champinones-comida-cuidan-cerebro-evitan-demencia-senil/383212332_0.html?fbclid=IwAR1GPtvlDXABG5-L-XUsMKNzpmOe8l7yGsMm0GRBicAyQXYuuCtnyHYgz90

 


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16/Sep/2024

Se tiene la idea que llevar una dieta ecológica nos encarecerá mucho la cesta de la compra pero no tiene porque ser así si se escogen bien los alimentos. Seguir una alimentación ecológica va asociado a la idea de comer caro pero los alimentos ecológicos y de calidad no tienen porque ser necesariamente caros. Hay opciones para poder comprar ecológico y a buen precio pero para conseguirlo se tienen que tener en cuenta estas 10 claves.

 

1. Apúntate a una cooperativa de consumo ecológico: Son un grupo de personas de un barrio o de un municipio que se organizan para comprar alimentos ecológicos, sin intermediarios, directamente al campesino, y obtener un producto de calidad y a un precio asequible.

2. Compra verdura y fruta de temporada: Nos hemos acostumbrado a que, si queremos, podemos comprar nectarinas, uvas, fresas, melón… todo el año. Ya no sabemos si los tomates o las naranjas son cultivos de temporada o no. Comprar productos que no son de temporada hace que acabemos pagando más por lo que comemos y obtengamos, además, un producto de peor calidad. Hay que volver a aprender a alimentarnos con frutos de temporada.

3. Compra grandes cantidades y procésalo tú: Cuando sea temporada de una fruta compra gran cantidad y haz compota casera. Siempre es mejor hacer conservas para consumir más adelante que comprar las conservas ya hechas que están llenas de conservantes y aditivos.

4. Opta por carne sin intermediarios: muchos productores de carne ecológica venden lotes de productos online y en 24horas llega al domicilio. Si se compra una buena cantidad de carne y se congela se ahorra bastante dinero.

5. Acude a los mercados de productores locales: si bien no siempre son Mercados de productos orgánicos, ya se reduce el impacto ecológico pues son productos locales y menos caros al tener menos intermediarios. En estos mercados se puede encontrar comida local y muy fresca, ya que sus producciones no suelen pasar por cámaras frigoríficas ya que se recolecta lo que se va a vender en el día.

6. Compra a granel: el arroz, o las legumbres son mucho mas baratas si se compran a granel y suponen un significativo ahorro en la cesta de la compra.

7. Planifica las comidas con antelación: te permite organizar mejor tu tiempo para cocinar y así comerás mejor y hecho en casa.

8. Reduce el consumo de huevo: los huevos ecológicos sí son relativamente caros, aunque si reducimos su consumo, lo notaremos mucho menos.

9. Cultiva tus propios productos ecológicos: tener un huerto en casa no solo está al alcance de las personas que tiene un gran terreno, con un pequeño pedazo de tierra o en una terraza se puede cultivar. Si solo se dispone de un balcón se pueden tener macetas con especies y plantas aromáticas para cocinar.

10. Fabrícate tu pan y bollería: si se compra harina ecológica y se hace pan, magdalenas o galletas caseras se ahorra mucho dinero. A veces lo complicado para seguir este punto es el tiempo.

 

Autora: Neus Palou

Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/20160129/301753150353/dieta-comida-ecologica-genuinus-alimentacion-sana-compra.html


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16/Sep/2024

Aunque la corteza no forme parte de nuestra alimentación, sí que puede arrastrar patógenos hacia la pulpa por la acción del cuchillo. Salmonella, listeria… Solo necesitan una oportunidad

Uno de cada cinco aguacates que llegan a nuestras manos podrían estar infectados por las bacterias causantes de listeriosis. A pesar de que nadie se come la cáscara de esta fruta, sí que es cierto que resulta muy fácil arrastrar estos patógenos desde la piel hacia el interior del aguacate al cortarlo con un cuchillo.

Para evitar los riesgos de consumir bacterias o pesticidas, se aconseja lavar los aguacates con un cepillo especial para frutas y verduras. A continuación, debemos secarlos con una toalla de tela limpia. Y por supuesto, asear después nuestras manos. Según nos explican desde la web de la OMS, “la mayoría de las personas supera esta enfermedad sin un tratamiento específico”, pero pueden resultar muy peligrosas para mujeres embarazadas, bebés, lactantes, adultos mayores de 65 años y personas con sistemas inmunológicos comprometidos, como los pacientes en tratamiento por cáncer, sida o trasplantes de órganos.
Uno de los retos de la alimentación actual es la listeria, sobre todo porque cada vez compramos más ensaladas envasadas que constituyen el hábitat idóneo para la proliferación de bacterias. Curiosamente, un estudio publicado en el ‘Journal of Food Science’ concluyó que un extracto de los huesos del aguacate podría emplearse como aditivo natural capaz de impedir el desarrollo de patógenos vinculados a la listeriosis de las frutas y verduras precortadas y listas para consumir. La investigación ha corrido a cargo de los investigadores del Tecnológico de Monterrey (México), donde se comparó el extracto enriquecido de acetogenina (EEA) de los huesos de aguacate con dos antimicrobianos sintéticos de marca. De esta manera, además, se sacaría provecho en la industria de un producto que ahora mismo no tiene salida y que, por lo tanto, se desecha. En concreto, hallaron que este extracto presentaba propiedades y perfiles químicos muy similares a los antimicrobianos sintéticos, incluso fue efectivo a 37ºC y a una temperatura de refrigeración de 4ºC.
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Autora: Ana Durá
Fuente: https://www.alimente.elconfidencial.com/consumo/2019-01-20/piel-aguacates-lavar_1739806/

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16/Sep/2024

 

No es ciencia ficción y aunque puede poner los pelos de punta, lo cierto es que es real y cada vez hay más pruebas de ello. La flora intestinal, la legión de microorganismos que habita nuestro intestino desde que llegamos al mundo hasta que lo abandonamos, también marca nuestro carácter y nuestro temperamento. En la actualidad,  sabemos que la microbiota intestinal es la encargada de cooperar con nuestro mecanismo de defensa a las enfermedades, de digerir componentes de la dieta e incluso del desarrollo neurológico. Además puede modularse a través de la dieta y el estilo de vida. La pérdida de equilibrio en la microbiota intestinal puede dar lugar a enfermedades como la obesidad, la inflamación intestinal y algunos trastornos neurológicos.

En la investigación realizada en la Universidad de Turku (Finlandia) publicada recientemente concluye que el temperamento del bebé se asocia a especies concretas de la flora intestinal. En el estudio han encontrado asociaciones entre determinadas composiciones del microbioma intestinal en bebés a las 10 semanas de edad, con el desarrollo de ciertos rasgos del carácter cuando el bebé ha cumplido seis meses. Los resultados se suman a un creciente conjunto de pruebas que relacionan las bacterias que habitan en el intestino, con el comportamiento y estado de ánimo de las personas.

En un estudio anterior de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), la investigadora Lisa Christian en un comunicado de prensa explicaba que  «Hay evidencia sustancial de que las bacterias intestinales interactúan con las hormonas del estrés, las mismas hormonas para las que se ha encontrado relación con enfermedades crónicas como la obesidad y el asma», y continuaba «El temperamento de una criatura nos da una buena idea de cómo reacciona al estrés. Esta información, combinada con un análisis de su microbioma intestinal, podría en última instancia ayudarnos a identificar oportunidades para prevenir problemas de salud crónicos».

En el estudio finlandés liderado por Anna Aatsinki se analizaron muestras de heces procedentes de 330 bebés lactantes con 10 días, posteriormente se volvió a realizar el mismo análisis cuando cumplieron los seis meses. También se realizó un cuestionario a las madres para conocer el temperamento de los bebés. En general, se determinó que una flora bacteriana más plural se asociaba a menor temor y emotividad negativa, se asoció que diferentes tipos de bacterias del ácido láctico guardaban relación con las emociones positivas como la alegría y la felicidad, esto puede delatar que en un futuro un bebé tenga una personalidad extrovertida.  El estudio también consideró otros factores que afectan significativamente a la diversidad de la microbiota, como la vía de alumbramiento del bebé (vaginal o cesárea) y la lactancia materna.

Un elevado nivel de bacterias como la Bifidobacterium y el Streptococcus, con un nivel bajo de bacterias Atopobium, se asoció a las emociones positivas, las emociones negativas se asociaron a las bacterias del género Erwinia, Rothia y Serratia. La reactividad del miedo se relacionó con un mayor número de bacterias Peptinophilus y Atopobium en la composición de la flora intestinal. Aunque se trata de un estudio observacional, resulta muy revelador, ya que no se sugiere causalidad en los descubrimientos, estos resultados dan pie a realizar nuevos estudios para intentar esclarecer los mecanismos subyacentes que dan lugar a estas asociaciones.

 

 

http://pequelia.republica.com/bebes/el-temperamento-del-bebe-se-asocia-a-especies-concretas-de-la-flora-intestinal.html

https://www.agenciasinc.es/Agenda/La-microbiota-intestinal

https://www.tendencias21.net/El-caracter-de-los-ninos-de-dos-anos-esta-relacionado-con-sus-bacterias-intestinales_a40575.html


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16/Sep/2024

No todos los alimentos que encontramos en el supermercado son lo que parecen. Por ejemplo, hay calamares que no son realmente calamares, palitos de cangrejo que no llevan cangrejo, yogures que no son yogures, y hasta supuesto caviar que no es más que una mala copia de los huevos de esturión de precios prohibitivos. Con el queso ocurre más de lo mismo: no todo el queso del súper es queso de verdad. De hecho, si no aparece la palabra queso en el envoltorio o la variedad de la que se trate (Emmental, Gouda o Cabrales, por ejemplo), lo más normal es que estemos ante otra cosa.
Los quesitos, esas pequeñas porciones que han formado parte de las meriendas de miles de niños desde tiempos inmemoriales, tampoco son exactamente queso. No al menos en el sentido más estricto del término, ya que los quesos tradicionales son elaborados única y exclusivamente con cuatro ingredientes básicos: leche, cuajo, fermentos lácticos y sal. Nada más. Eso sí, la legislación también permite que puedan etiquetarse como quesos aquellos productos elaborados a partir de nata o suero de mantequilla y que incluyan otros ingredientes tales como «colorantes o cultivos microbianos y levaduras y especias».
Dicho esto, la mayoría de quesitos que podemos encontrar en el supermercado ni siquiera incluyen la palabra «queso» en el envase. En el mejor de los casos podemos encontrar el término «queso fundido». ¿Y qué es el queso fundido?  «El producto obtenido por molturación, mezcla, fusión y emulsión, de una o más variedades de queso con o sin adición de leche, productos lácteos y otros productos alimenticios», dice el Real Decreto 1113/2006, que regula el etiquetado de los quesos y quesos fundidos. Es el caso de los quesitos o los tranchetes.
Para elaborar este tipo de alimentos la industria utiliza sales fundentes, compuestos que permiten mezclar distintas sustancias que dan lugar a este producto de textura y sabor blandos, que suele incorporar una gran cantidad de almidón y otros ingredientes poco deseables. «Aunque sabemos que los aditivos [como las sales fundentes] no son el problema, bien es cierto que cuanto mayor sea la proporción de otros ingredientes, menores serán los que verdaderamente nos interesan para un queso», explica el tecnólogo alimentos y divulgador Mario Sánchez.
De esta forma, tanto los tranchetes como los quesitos son variedades de queso que entrarían dentro del grupo de alimentos conocidos como ultraprocesados. Ya saben, todos esos productos tan poco recomendables, que se elaboran de forma industrial y que suelen incluir más de cinco ingredientes, entre los que se encuentran harinas refinadas, aceites vegetales refinados, azúcares añadidos y/o sal.
Fuentes:
 
https://www.elespanol.com/ciencia/nutricion/20191009/mentira-quesitos-sanos-realmente-queso/435207526_0.html?fbclid=IwAR2rS84Y_rb_9XfHOAnczubsApiYTSfBsFlPDs4GdrX8-1Yd2C1Z6Z-jo08
https://www.pequeocio.com

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16/Sep/2024

Los disruptores hormonales o endocrinos son sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal, tanto en seres humanos como en animales, responsable de múltiples funciones vitales como el crecimiento o al desarrollo sexual. Al imitar o alterar el efecto de las hormonas, los disruptores endocrinos pueden enviar mensajes confusos al organismo ocasionando diversas disfunciones. Todos estamos expuestos a sustancias químicas que pueden alterar nuestro sistema hormonal y causar numerosos problemas de salud de efectos irreversibles. Los disruptores endocrinos son compuestos químicos presentes en insecticidas, plásticos, detergentes, pesticidas, cosméticos, resinas, envases y otros muchos productos de uso cotidiano, que contaminan el medioambiente y que incorporados a un organismo vivo afectan a su equilibrio hormonal.

Es hora, si no lo hemos hecho ya, de tomarnos en serio los disruptores endocrinos químicos (DEQ) y de fijarnos en si los alimentos, cosméticos, muebles y otros productos que consumimos y utilizamos habitualmente los llevan o no. Y si la respuesta es afirmativa, habremos de cambiar nuestros hábitos para evitarlos.

Dra. Marisa López-Teijón del Instituto Marquès, Barcelona: “El organismo humano, cuando se diseñó, no estaba previsto que supiera eliminar el metacrilato o que supiera eliminar el plástico. Todas estas sustancias se quedan dentro del organismo acumuladas porque no las puede degradar, lo mismo que cuando vemos una bolsa de plástico en medio del agua del mar. Sigue nadando pero no hay posibilidad de que la naturaleza sepa cómo eliminarlo”.

La investigación científica ha relacionado los disruptores endocrinos con un amplio abanico de enfermedades que incluye: El sistema endocrino es crucial e indispensable para regular muchas de las funciones del organismo. Los disruptores endocrinos afectan al organismo a múltiples niveles y esto causa una serie de problemas.

➝ Salud reproductiva femenina (Pubertad precoz, cáncer de mama, disminución de la fecundidad/fertilidad).

➝ Salud reproductiva masculina (Malformaciones en genitales de bebés, disminución de la calidad del semen, cáncer de testículo y próstata).

➝ Trastornos del metabolismo (obesidad, diabetes).

➝ Problemas cardiovasculares.

➝ Alteraciones y enfermedades neurológicas (Perturbaciones del desarrollo neurológico y alteraciones conductuales, como Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, Autismo, etc, y enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson).

“Por prudencia, y porque el efecto hormonal de los disruptores endocrinos es una realidad, aunque se desconoce su magnitud, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) aboga por evitar estas sustancias, sin caer en el alarmismo”.

Así de claro y contundente es el mensaje que han lanzado los endocrinólogos españoles, que junto con la Sociedad Europea de Endocrinología (ESE), ha enviado una carta al Ministerio para la Transición Ecológica alertando sobre las amenazas que plantean los DEQ para la salud de la población y para el medioambiente.

“Los gobiernos deben informar a los consumidores y facilitar el uso de envases y otras sustancias inertes que no contienen disruptores endocrinos”, aseguran los médicos especialistas en endocrinología.

Los endocrinólogos explican que, aunque la comunidad científica aún no ha podido establecer una relación causa-efecto entre la presencia de estas sustancias en el organismo y el aumento de ciertas enfermedades, lo que está fuera de toda duda es que los DEQ se asocian con la disminución de la fertilidad masculina, con algunos tipos de cáncer (mama y próstata, principalmente) y con ciertos problemas metabólicos como diabetes, hipertensión y obesidad.

¿Dónde están los disruptores?

Los principales disruptores endocrinos son el insecticida DDT (diclorodifeniltricloroetano), los policloruros de bifenilo (una clase de compuestos clorados usados en la industria de los refrigerantes y lubricantes), compuestos asociados al plástico como el bisfenol-A (presente en el papel térmico de algunos ticket de caja), el PBDE, PBB, ftalatos y estireno (usado en electrodomésticos y en los coches), pesticidas y fungicidas agrícolas como clordano, clordecone, Mirex, trifenilestaño y oxafeno; disolventes como el 1,2,4-triclorobenceno, tetracloroetileno o el octacloroestireno, alquilfenoles usados en detergentes, y el resorcinol.

Estos compuestos están presentes en envases de alimentos con recubrimientos plásticosplaguicidas, productos de higiene personal y de limpiezamateriales de construcción, materiales plásticos y sintéticos, ambientadores, materiales de decoración, insecticidas, ropajuguetes, electrodomésticos, aparatos electrónicos, compuestos antiadherentes

¿Cómo podemos evitarlos?

Para evitar el contacto y la exposición a estos disruptores endocrinos, los especialistas recomiendan evitar el consumo de productos envasados y procesados industriales, y de envases y materiales con recubrimientos plásticos, ignífugos, antiadherentes

Como alternativa aconsejan utilizar materiales inertes, como el vidrio y las fibras naturales. También recomiendan reducir el consumo de alimentos precocinados, beber agua del grifo en lugar de embotellada, y leer bien las etiquetas de los cosméticos y los productos de limpieza antes de comprarlos para asegurarse que los elegidos están libres de esas sustancias.

Impacto sobre las hormonas sexuales

Los DEQ tienen potencial para perturbar cualquier sistema hormonal, pero los endocrinólogos aseguran que la información disponible sobre la disrupción hormonal causada por los agonistas o los antagonistas de las hormonas sexuales femeninas (estrógenos) es muy superior.

Por contra, comentan que los resultados de las investigaciones sobre el efecto negativo de los disruptores endocrinos sobre los mecanismos de control de la testosterona y la espermatogénesis en los testículos son confusos, y no es posible afirmar “de forma cuantitativamente significativa” que sean la causa directa de las alteraciones en estos sistemas. “La potencia hormonal de estas sustancias es extremadamente débil, y solo una exposición ambiental muy intensa y repetida es motivo de preocupación, tal y como ha expresado reiteradamente la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)”, recalcan desde la SEEN.

 

Fuentes:

vivosano.org/disruptores-endocrinos

https://www.lavanguardia.com/vivo/lifestyle/20190924/47612658909/por-que-fijarte-evitar-disruptores-endocrinos-quimicos-salud.html?fbclid=IwAR3n7hspiveHH3AU-Lpyj3bBtroWHAUmSAwbszUd06xWYq72cAr6IHGAalc

 


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16/Sep/2024

 

Casi todo el mundo sabe que el déficit de ácido fólico es la principal causa de daños durante el desarrollo fetal. Pero no es tan conocida su incidencia en la salud cardiovascular. Una dieta vegetal variada y rica en esta vitamina abre una nueva línea terapéutica en la prevención y el tratamiento de los trastornos cardiovasculares.

Como indica su nombre, esta vitamina del grupo B –la B9– abunda en los vegetales: hojas verdes, legumbres, frutos secos y cereales. Actualmente, la escasez de vegetales en la dieta de muchas personas hace que no se cubran los mínimos diarios.

EL ÁCIDO FÓLICO REGULA LOS NIVELES DE HOMOCISTEÍNA

El ácido fólico es esencial para neutralizar los altos niveles de homocisteína en el plasma sanguíneo. Cuando se abusa de alimentos de origen animal, se puede llegar a consumir el doble de las proteínas que se necesitan. Y, con ellas, de metionina, el aminoácido del que se deriva la homocisteína. Esta facilita el depósito y calcificación de lípidos en las arterias, que se van volviendo rígidas.

Un exceso de homocisteína está vinculado a enfermedades coronarias, vasculares cerebrales y de las extremidades inferiores, así como trombosis venosa, insuficiencia renal, demencias o Alzheimer.

La elevación de la homocisteína no depende del colesterol o la presión arterial, la diabetes o el tabaquismo, pero su efecto se potencia en combinación con ellos. Sí influyen factores genéticos, la edad y los hábitos de vida.

Pero el elemento determinante es la dieta y, en concreto, la carencia o abundancia de vitamina B9, tan importante para eliminar la homocisteína. Además actúa en colaboración con las vitaminas B6 y B12, que también debemos asegurarnos.

La presencia de ácido fólico en el plasma reduce el exceso de homocisteína, lo que se traduce en una mejor vasodilatación arterial, menor oxidación del colesterol LDL o «malo», mejor coagulación y agregación plaquetaria, y mayor flexibilidad de los vasos sanguíneos.

DETECTAR LAS DEFICIENCIAS DE ÁCIDO FÓLICO

Las necesidades de ácido fólico aumentan durante el embarazo y la lactancia. También en enfermedades como las inflamatorias, la insuficiencia renal, el hipertiroidismo, la psoriasis, el cáncer, el tabaquismo y los tratamientos con ciertos fármacos.

Las deficiencias se detectan con un análisis de sangre, rutinario en embarazadas y otras personas con riesgo. El rango normal se sitúa entre los 2,7 y los 17 nanogramos por mililitro. Conviene revisar también los niveles de vitaminas B6 y B12, pues su acción metabólica suele ser colaborativa.

 

Alimentos ricos en ácido fólico

 

1. Hojas verdes y verduras

Las verduras de hoja verde, como la rúcula, las espinacas, la endibia, la lechuga, los berros, las acelgas o la col, son algunos de los alimentos más ricos en ácido fólico.

También lo es el perejil, aunque se consuma en menor proporción. Preparar ensaladas verdes con lechugas de diferente hoja y espinacas, por ejemplo, es una baza segura para obtener ácido fólico. El perejil puede añadirse picado a verduras y sopas.

El ácido fólico también está presente en otras verduras como el brécol, las coles de Bruselas, el espárrago, el puerro o la alcachofa. Y las algas, sobre todo, agar-agar, espirulina y clorella.

Cocinarlas al vapor es una buena opción, porque es rápida y evita el contacto del agua con los alimentos.

2. Legumbres

Las judías o alubias, los garbanzos, la soja y los guisantes son algunas de las legumbres que vale la pena incluir en la dieta si se desea, entre otras cosas, aumentar el consumo de ácido fólico.

3. Aliños, aderezos y frutos secos

Ensaladas y verduras pueden aderezarse con levadura de cervezagermen de trigosalsa de sojamiso (paté de soja fermentada) o gomasio (sésamo con sal).

Puede añadirse al aliño semillas trituradas, sobre todo pipas de girasol y calabaza. La castaña, la nuez, la avellana y la almendra también aportan cantidades considerables de ácido fólico. Además de consumirse como tentempié, pueden añadirse triturados a la ensalada o a sopas y cremas. Pueden hacerse bocadillos untados con mantequilla de cacahuete o de sésamo, o rellenarse con hojas de lechuga, rúcula o espinacas.

4. Cítricos y aguacates 

Sobre todo las naranjas, pero también las papayas y las fresas. El aporte es intermedio pero si se lo suma a otros alimentos, pueden venir muy bien, sobre todo si se consumen en el desayuno. 

El aguacate además de ácido fólico  y ácidos grasos. Una taza de esta fruta nos aporta el 30 %, aproximadamente, de lo que precisamos a diario.

5. Cereales integrales

Tienen más ácido fólico que los refinados. Destacan los copos de trigo inflados, pero también el centeno.

6. Alimentos de origen animal

Y aunque los alimentos de origen animal no contienen las mismas cantidades importantes de ácido fólico que los vegetales, algunos también constituyen una fuente de vitaminas del grupo B que merece la pena tener en cuenta:

  • Hígado de pollo, pavo o ternera, alimentos muy ricos también en vitamina A.
  • Mariscos y pescados azules, perfectos además para combatir la anemia que algunas mujeres sufren durante el embarazo.
  • Lácteos: queso y yogur

https://www.cuerpomente.com/alimentacion/nutricion/mejores-fuentes-acido-folico_816/3

https://www.cuerpomente.com/alimentacion/nutricion/acido-folico-colesterol_1431


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16/Sep/2024

 

En el mundo existen casi 1.200 variedades de sandía (Citrullus lanatus), una planta  cucurbitácea, como el melón, la calabaza, el calabacín o el pepino. Su origen se sitúa en África, probablemente en la actual Namibia, donde todavía crece la mayor variedad de especies en estado silvestre de esta planta rastrera.

Hay pruebas de que se cultivaron hace cuatro mil años en el valle del Nilo. Hace unos mil años llegaron las primeras a Asia, y hace 700, a Europa.

Hoy el mayor productor mundial es, con mucha diferencia, China, que cosecha casi 70 de los 140 millones de toneladas que se cultivan en el mundo. La mitad restante se la reparten Irán, Turquía, Egipto, Brasil y Estados Unidos, entre otros países.

A la península Ibérica llegó con los árabes, que la llamaban sandiyyah, una modificación del árabe clásico sindiyyah, que alude a una fértil región del Pakistán: Sind. Hoy se cultiva sobre todo en Andalucía y en la zona de Levante, donde florece entre junio y julio.

Propiedades de la sandía

  • Tiene una baja carga glucémica: a pesar de su dulzor, solo lleva un 6% de azúcares, lo que corresponde a un terrón y medio por cada 100 gramos, lo que viene a ser una rodaja. De este modo la podemos comer a gusto porque tan solo aporta 30 calorías por rodaja. Si le sumamos que aporta casi un gramo de fibra vegetal (saciante), entenderemos que apenas hace subir el nivel de glucosa en sangre, lo cual la hace perfecta para diabéticos
  • Es una alternativa a los refrescos: casi el resto de la rodaja (92%) es agua, de modo que nos permite hidratarnos de manera muy sana. También usar la sandía como base de sopas de verano. Es perfecta para saciar nuestra sed y la de los niños, y evitar así que recurran a zumos de fruta naturales o refrescos dulces.
  • Apenas aporta grasas: Solo aportan 0,2 gramos de grasas por rodaja, lo cual explica su bajo aporte calórico.
  • Contribuye a mantener a raya el colesterol: su aporte en proteínas también es bajo, no obstante, destaca por la presencia del aminoácido citrullina, un precursor de la arginina, un aminoácido esencial para bebés lactantes. Además, la arginina tiene un papel importante en la regulación del colesterol en sangre, así como en la liberación de somatotropina, la hormona del crecimiento en el caso de los niños, entre muchas otras funciones.
  •  Ayuda a prevenir los calambres: una rodaja de sandía ayuda a mantener el equilibro salino muscular y por tanto a prevenir los calambres y contracturas, al portar 112 miligramos de potasio y 10 de magnesio.
  •  Ayuda a bajar el porcentaje de sal en la dieta: su valor en sodio es de 1 miligramo por cada rodaja, por lo que se puede considerar que apenas aporta sal; si además añadimos que es un fruto ligeramente dietético, deduciremos que incluso ayuda a mantener los niveles de sodio séricos bajos.
  • Es una fuente interesante de vitamina C: sus casi 10 miligramos de esta vitamina antioxidante y presente en numerosas funciones de nuestra fisiología, la hacen un suministro a tener en cuenta.
  • Aporta un abanico de vitaminas del grupo B: en efecto, aunque de modo discreto cuantitativamente, la sandía aporta numerosas vitaminas del grupo B. En concreto aporta 0,033 miligramos de tiamina (B1), 0,021 miligramos de riboflavina (B2), 0,178 miligramos de niacina (B3), 0,221 miligramos de ácido pantoténico (B5) y 0,045 miligramos de piridoxina (B6).
  • Contiene el mismo antioxidante que el tomate: el licopeno, que es el mismo antioxidante que destaca en el tomate, es el responsable del color rojo de la pulpa de la sandía.
  • Aporta vitamina A: a los 303 µgramos de ß-caroteno, precursor de la vitamina A o retinol, se unen los 28 µgramos propios de esta sustancia esencial, sobre todo entre los niños que no la consumen de fuentes de origen animal.

 

 

https://www.eldiario.es/consumoclaro/comer/virtudes-nutricionales-rodaja-sandia-verano_0_915859198.html

https://www.cuerpomente.com/guia-alimentos/sandia


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16/Sep/2024

Los miles de millones de bacterias que habitan en el intestino pueden ayudar a regular todo el organismo, desde la capacidad de digerir los alimentos hasta el funcionamiento del sistema inmunológico. Pero la ciencia sabe muy poco aún de cómo ese sistema, conocido como  microbioma, cambia con el tiempo, o incluso de cómo es un microbioma «normal». Actualmente, los estudios sobre las bacterias intestinales de miles de personas en todo el mundo han llegado a una conclusión: El microbioma es un reloj biológico sorprendentemente preciso, capaz de predecir la edad biológica de la mayoría de las personas.

Para descubrir cómo cambia el microbioma con el tiempo, el investigador de longevidad Alex Zhavoronkov y sus colegas de InSilico Medicine, una nueva empresa de inteligencia artificial con sede en Rockville, Maryland, examinaron más de 3600 muestras de bacterias intestinales de 1165 individuos sanos que viven en todo el mundo. De las muestras, alrededor de un tercio eran de personas de 20 a 39 años, otro tercio de personas de 40 a 59 años y el último tercio de personas de 60 a 90 años.

Los científicos entonces utilizaron el aprendizaje automático para analizar los datos. Primero, entrenaron su programa de computadora -un algoritmo de aprendizaje profundo modelado vagamente sobre cómo funcionan las neuronas en el cerebro- en 95 especies diferentes de bacterias del 90% de las muestras, junto con las edades de las personas de las que provenían. Luego, pidieron al algoritmo que predijera las edades de las personas que proporcionaron el 10% restante. Su programa fue capaz de predecir con precisión la edad de alguien dentro de los 4 años, informan en el servidor de preimpresión bioRxiv. De las 95 especies de bacterias, 39 fueron las más importantes para predecir la edad.

Zhavoronkov y sus colegas encontraron que algunos microbios se volvieron más abundantes a medida que la gente envejecía, como Eubacterium hallii, que se cree que es importante para el metabolismo en los intestinos. Otros disminuyeron, como Bacteroides vulgatus, que se ha relacionado con la colitis ulcerosa, un tipo de inflamación en el tracto digestivo. Los cambios en la dieta, los hábitos de sueño y la actividad física probablemente contribuyan a estos cambios en las especies bacterianas, dice el coautor Vadim Gladyshev, un biólogo de la Universidad de Harvard que estudia el envejecimiento.

Zhavoronkov dice que este «reloj de envejecimiento microbiano» podría ser usado como una línea de base para probar qué tan rápido o lento está envejeciendo el intestino de una persona y si cosas como el alcohol, los antibióticos, los probióticos o la dieta tienen algún efecto sobre la longevidad. También se podría utilizar para comparar a las personas sanas con las que tienen ciertas enfermedades, como el Alzheimer, para ver si sus microbios se desvían de la norma.

Si la idea es validada, se uniría a otros biomarcadores que los científicos usan para predecir la edad biológica, incluyendo la longitud de los telómeros -las puntas de los cromosomas implicados en el envejecimiento- y los cambios en la expresión del ADN durante la vida de una persona. Combinar el nuevo reloj de envejecimiento con estos otros podría dar una imagen mucho más precisa de la verdadera edad biológica y la salud de una persona. También podría ayudar a los investigadores a probar mejor si ciertas intervenciones -incluyendo medicamentos y otros tratamientos- tienen algún efecto en el proceso de envejecimiento. «No es necesario esperar a que la gente muera para realizar experimentos de longevidad», dice Zhavoronkov.

La idea de que se puede predecir la edad de una persona basándose en su microbioma intestinal es «muy plausible» y de «tremendo interés» para los científicos que estudian el envejecimiento, dice el informático e investigador de microbios Robin Knight, director del Centro para la Innovación en Microbiomas de la Universidad de California en San Diego. Su grupo está analizando 15.000 muestras del American Gut Project, un estudio microbiológico mundial que él mismo fundó, para desarrollar predictores de edad similares.

Pero uno de los desafíos de desarrollar tal reloj, agrega, es que hay enormes diferencias en las que las bacterias están presentes en las tripas de las personas de todo el mundo. «Es extremadamente importante replicar este tipo de estudios con poblaciones marcadamente diferentes» para averiguar si hay signos distintos de envejecimiento en diferentes grupos de personas, dice Knight.

Dice que tampoco se sabe si los cambios en el microbioma hacen que las personas envejezcan más rápidamente, o si los cambios son simplemente un efecto secundario del envejecimiento. InSilico Medicine está construyendo varios relojes de envejecimiento basados en el aprendizaje automático que podría combinarse con el microbiano. «La edad es un parámetro muy importante en todo tipo de enfermedades», dice Zhavoronkov. «Cada segundo cambiamos».

 

https://www.sciencemag.org/news/2019/01/bacteria-your-gut-may-reveal-your-true-age


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